Con la publicación esta semana de la edición
2014-2015 del World University Ranking de Times Higher Education (THE) se
completa la serie de las tres más importantes clasificaciones de educación
superior a nivel mundial lo que me ha permitido terminar el análisis sobre los
rankings internacionales que comencé en mi anterior post en el que abordé los principales
factores que tipifican y distinguen a las universidades que lideran año tras
año estas clasificaciones.
Como quiera que desde mi punto de vista la
relevancia y trascendencia de los rankings estriba en su utilidad para
desarrollar análisis comparativos y estudios a la medida de los intereses
específicos de cada institución, profesional o persona, he querido compartir un
análisis que incluye un listado de las mejores universidades de Iberoamérica
atendiendo a los resultados que han alcanzado en las clasificaciones mundiales
de los tres principales rankings (THE,
QS y ARWU de Shanghái) en el período 2011 – 2014.
Este análisis lo he complementado con un
criterio adicional construido a partir de los rankings 2014 de Scimago dedicados
a la innovación de conocimiento y resultados
de investigación y la edición 2014 del ranking Webometrics. De esta forma,
intenté integrar en un solo análisis la mayor cantidad de elementos que me
permitiesen hacer algunas comparaciones y reflexiones en torno a la
representatividad de las universidades iberoamericanas entre las instituciones
de educación superior de excelencia y mayor reconocimiento mundial. Por tanto, a partir de los datos consultados
estas son las 30 universidades
iberoamericanas con mejores resultados en los rankings internacionales durante
las cuatro ediciones del presente decenio.
(haga clic para ampliar el gráfico)
Algunas reflexiones a partir de este listado
- La representatividad de Iberoamérica en los rankings es exigua y el nivel alcanzado incluso por las más destacadas continúa siendo bastante bajo. En este análisis sólo la Universidade de São Paulo (USP), que domina ampliamente la clasificación en Iberoamérica, logra con 60,8 un indicador superior al 50% de la puntuación en una escala de 0 – 100. Dos tercios de las instituciones obtiene una puntuación inferior a 30 puntos lo que significa que por lo general su inclusión en los rankings es inestable e intermitente y muchas veces cuando aparecen lo hacen en la parte baja de las clasificaciones.
- Sólo 7 países aparecen representados [España (14), Brasil (6), Portugal (4), México (2), Chile (2), Colombia (1) y Argentina (1)]. Por demás, la mayor parte de las instituciones que no se clasifican entre estas 30 mejores pero que recibieron alguna puntuación en el análisis realizado pertenecen a los mismos países, lo que evidencia que en el contexto iberoamericano existen grandes disparidades entre las instituciones y sistemas de educación superior de estos 7 países y los del resto de la región.
- Prácticamente la totalidad de las universidades se encuentran en capitales de países o en ciudades y núcleos urbanos de relevancia económica a nivel nacional que constituyen polos atractivos de desarrollo científico y tecnológico y destacan como los principales ecosistemas iberoamericanos para potenciar una economía basada en el conocimiento. Las ciudades más representadas son Barcelona (4), Madrid (4), São Paulo (3), Valencia (2), Santiago de Chile (2) y Lisboa (2).
Algunas curiosidades y notas de interés
- Solamente la USP y la Universidad de Barcelona (UB) aparecen en el Top 5 de las universidades de la región iberoamericana de los tres principales rankings durante estos 4 años, lo que también es refrendado por la clasificación que he construido con los datos de 2014 de Scimago + Webometrics. La Universidad Autónoma de Barcelona logra clasificarse entre las cinco mejores en todos menos en el ranking de Shanghái.
- La Universidad Pompeu Fabra (UPF) que aparece sólidamente clasificada como la mejor universidad iberoamericana del período en el ranking de THE en que por segundo año consecutivo se clasifica como la única universidad iberoamericana en el Top 200 (164 en 2013 y 165 en el 2014) no recibe evaluaciones equiparables en los otros rankings analizados.
- Algo similar sucede con la Universidad de Los Andes que se inserta por tercer año consecutivo en los rankings elaborados por THE y QS pero que no logra entrar en el listado de Shanghái.
- Exactamente lo contrario sucede con la Universidad Complutense de Madrid y dos de las macro universidades más reconocidas de América Latina, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Buenos Aires que aparecen con regularidad en los rankings de QS y Shanghái y sin embargo son desestimadas continuamente por el ranking de THE.
No obstante, tal vez la mayor curiosidad que
nos depara este análisis de los rankings esté relacionada con la Universidad
Técnica Federico Santa María que no aparece en este listado que hemos confeccionado
y que ha sido incluida en la edición de este año del ranking de THE en el que se
ha calificado en un lugar privilegiado para una institución debutante (grupo de 251-275), sin dudas un hecho meritorio al margen de la sorpresa que
pueda causar. El tema se ha convertido en motivo de debate de expertos y
analistas en educación superior no solo por el lugar alcanzado en la tabla sino
también porque el pilar responsable por esa posición es su influencia en
investigación (evaluada con 99,7 puntos) lo que la ubica en este criterio en el
lugar 5 a nivel mundial, empatada con el Instituto de Tecnología de California
(CALTECH) que encabeza una vez más la clasificación general y por encima en
influencia investigativa de instituciones de la élite mundial como Princeton,
Stanford, Harvard, Oxford, Cambridge y Yale por sólo mencionar algunas de las
más prestigiosas que aparecen a la zaga de la universidad chilena.
La principal utilidad de los rankings
Son muchas y variadas las conclusiones que
podemos sacar del análisis de los rankings, algunas arrojan luz y otras un poco
de sombras. En cualquier caso, de lo que no albergo dudas es que hoy día los
rankings son una de las pocas herramientas que tenemos a nuestro alcance para
medir con alguna fiabilidad la calidad de las instituciones de educación superior.
Respondiendo a la propia pregunta que formulé
en el título de mí anterior post, creo que la lectura y análisis de los
rankings hay que hacerla siempre en clave particular. Mi lectura y visión será
seguramente diferente a la de muchos de los que leerán esta entrada. Creo que
cada uno tiene que establecer sus propios parámetros y escudriñar en los datos
para definir el uso y utilidad que quiere dar a los rankings, lo que debe estar
en correspondencia con las necesidades de información, intereses de su
actividad profesional o los objetivos específicos de su institución.
Si se usan los rankings desde este prisma y
no sólo desde la óptica competitiva se podrá disponer de un enorme caudal de
información para perfeccionar el trabajo en las universidades. Estos análisis se deben integrar y complementar con otras
iniciativas que han surgido en los últimos años como el proyecto Multirank de
la Unión Europea o INFOACES en América Latina que pretenden convertirse en reservorios
de un gran volumen de datos e informaciones actualizadas sobre las
instituciones de educación superior.
Todas estas herramientas son esenciales para encauzar estrategias y proyecciones que conduzcan a una mejor articulación e implementación de nuestro trabajo. En el caso de los profesionales dedicados a la internacionalización universitaria, dominar estas herramientas nos permitirá trabajar con mayor precisión en el establecimiento de alianzas institucionales, la puesta en marcha de acciones de networking, el desarrollo de estudios de benchmarking o el mejoramiento de servicios de asistencia a estudiantes, profesores e investigadores interesados en fomentar la dimensión internacional en sus actividades por solo citar algunos ejemplos.
Todas estas herramientas son esenciales para encauzar estrategias y proyecciones que conduzcan a una mejor articulación e implementación de nuestro trabajo. En el caso de los profesionales dedicados a la internacionalización universitaria, dominar estas herramientas nos permitirá trabajar con mayor precisión en el establecimiento de alianzas institucionales, la puesta en marcha de acciones de networking, el desarrollo de estudios de benchmarking o el mejoramiento de servicios de asistencia a estudiantes, profesores e investigadores interesados en fomentar la dimensión internacional en sus actividades por solo citar algunos ejemplos.
Conclusiones
A pesar de los notables progresos en materia
de educación superior, las instituciones universitarias iberoamericanas continúan
estando por debajo de las expectativas y requerimientos de la coyuntura socio-económica
actual y de las previsiones de crecimiento y desarrollo regional para los
próximos 20 años. Es necesaria una estrategia de revitalización que garantice
que las universidades logren desempeñar un rol estratégico de liderazgo que
las sitúe a la cabeza de la recuperación económica en España y Portugal y en la
vanguardia de las políticas de desarrollo en América Latina. Sería de esperar que
economías pujantes a nivel mundial como la brasileña y mexicana u otras con grandes potencialidades como la colombiana, chilena o argentina
tuviesen una mayor representación en los rankings internacionales. De la misma forma, otras naciones de la región que han manifestado un crecimiento económico sostenido en los últimos años precisan contar también con universidades que se distingan internacionalmente por su calidad institucional. Las experiencias de países como India, Singapur, Rusia, Sudáfrica, Corea del Sur o Taiwán
constituyen buenas referencias de aplicación de políticas efectivas que han
logrado mejorar el posicionamiento de sus universidades a nivel internacional.
Estudiar esas experiencias y conocer con
mayor nivel de profundidad las políticas que han aplicado para mejorar la
financiación de las universidades, reforzar la calidad de la educación e
investigación, fortalecer la colaboración con el sector empresarial, impulsar
la innovación científica y tecnológica, minimizar las trabas burocráticas que
afectan la gobernabilidad institucional y proyectar una sólida y coherente ofensiva
internacional que ponga en contacto lo mejor del talento nacional y extranjero
deben ser una prioridad para directivos y responsables universitarios de la
región.
Estoy seguro que el estudio de estas experiencias sería un ejercicio de mucha utilidad que ayudaría a las instituciones que incluyo en esta selección y a otras de gran potencial en varios países de la región a mejorar sus prestaciones porque al final lo relevante no es estar en los rankings, lo importante es que Iberoamérica disponga de mejores universidades. Ese es y será siempre el mejor premio y el principal desafío, aunque de vez en cuando sea motivo de jolgorio ver estampado el nombre de nuestra institución en los rankings internacionales.
Estoy seguro que el estudio de estas experiencias sería un ejercicio de mucha utilidad que ayudaría a las instituciones que incluyo en esta selección y a otras de gran potencial en varios países de la región a mejorar sus prestaciones porque al final lo relevante no es estar en los rankings, lo importante es que Iberoamérica disponga de mejores universidades. Ese es y será siempre el mejor premio y el principal desafío, aunque de vez en cuando sea motivo de jolgorio ver estampado el nombre de nuestra institución en los rankings internacionales.
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